¿Cómo se plantea un problema de investigación?

  La elección del tema constituye un primer acercamiento a la definición del objeto de estudio, pero necesariamente deberá afinarse y concretarse en un problema de investigación. Para ello generalmente se precisa de una revisión bibliográfica y/o consulta a expertos en el área temática que se esté valorando.

La formulación del problema es un momento relevante en el proceso, dado que condicionará las definiciones posteriores para continuar el proceso. Y es que cualquier investigación viene precedida de la existencia de un problema, una situación que requiere de una respuesta o solución, o bien un vacío de conocimiento al que se pretende responder mediante ella, ya sea teórico y/o metodológico y/o práctico (en función de si se trata de una investigación básica o aplicada). Ninguna investigación científica puede acometerse si no se plantea un problema.


El concepto de problema adquiere matices diversos según las definiciones que se recojan y la formación de los autores que las hagan. Al ser un término de uso popular, su acepción en el marco de la metodología de la investigación merece una distinción.

La Real Academia Española de la Lengua ofrece en su Web un listado de definiciones, entre las que destaca el "Planteamiento de una situación cuya respuesta desconocida debe obtenerse a través de métodos científicos".

Esta respuesta que el investigador no conoce va a suponer para él un reto, puesto que su anterior punto de partida es el tema elegido. Por tanto, deberá concretarlo y reducirlo ahora a algo investigable (McMillan y Schumacher, 2005), lo que conllevará diversas revisiones en tandas sucesivas hasta descender a lo realmente singular y particular. Para conseguirlo puede resultar muy útil identificar la población, las variables y la lógica que confiere consistencia al problema en sí mismo. Este proceso, aunque pueda parecer fácil, encierra mucha dificultad, especialmente para los investigadores poco experimentados, pues conlleva la capacidad de reducir todos los datos recogidos. De este hecho se desprende la necesidad de realizar un adiestramiento y un trabajo previo.
En tal sentido, puede ser útil conocer algunos tipos de problemas:
  • Teóricos: su propósito es generar nuevos conocimientos (investigación básica).
  • Prácticos: los objetivos van destinados a la transformación de una situación concreta (investigación aplicada).
  • Teórico-prácticos: para obtener información desconocida en la solución de problemas de la práctica (investigación aplicada).
A partir de aquí es necesario ya elegir correctamente el problema, para lo cual el investigador va a depender de su experiencia en el tema (algo que ciertamente adquirirá conforme avance el estudio, pero en este momento inicial, puede ayudarse de la revisión de la literatura, o bien la consulta a expertos), la importancia y relevancia científica que tenga éste en sí (que no se convierta en algo trivial e insignificante) o la actualidad del mismo.

Lo siguiente será explicar el problema hasta llegar, finalmente, a su formulación definitiva. Para esto pueden servir de guía los criterios siguientes (Kerlinger, 1975):
  • Debe implicar de alguna manera que el fenómeno planteado se pueda observar.
  • Manejar dos variables como mínimo, lo cual facilita la definición del área problemática con mayor precisión.
  • Definir con claridad el problema: hacerlo de forma que no deje lugar a dudas, que cualquier persona entienda bien lo que se plantea.
  • Delimitar los aspectos que abarca.
Un problema que esté bien definido y planteado, además de evitar quebraderos de cabeza al investigador, ya supone un avance considerable hacia su solución. De acuerdo con Cardona (2002, p. 70), ayudará al investigador hacer referencia en la definición del problema a: qué se estudia (objetivos), con quién (sujetos) y cómo se estudia el problema (variables). Esto lleva a contextualizar la situación problemática, es decir, no entrar directamente en la definición sino encuadrar el fenómeno que ha de investigar en una situación, un contexto o un panorama general que facilite la identificación y la comprensión del problema. Además, servirá de ayuda al investigador para no perderse en el intrincado proceso que está poniendo en marcha. Valdrá para ello todo tipo de información relevante sobre la naturaleza del problema, historia, estructura, síntomas, etc. Situar, en definitiva, su origen en cuanto a los intereses profesionales o científicos del investigador, sus conocimientos sobre el tema y la utilidad que dará a los resultados de la investigación.

Aunque hay autores que no plantean el problema en forma de pregunta de manera exclusiva (Cardona, 2002; McMillan y Schumacher, 2005), lo más habitual es hacerlo en forma de interrogante (Bisquerra, 2004; Buendía, Colás y Hernández, 1997; Latorre, Rincón y Arnal, 2003; León y Montero, 2002). En la tabla 3.1 se recoge un ejemplo de una secuencia de formulación de un problema en forma de pregunta, donde se aprecia que existen aspectos de la realidad a investigar que no deben sobreentenderse.



MAL FORMULADO:
¿Existen diferencias entre los alumnos que aprenden a leer mediante el método silábico y los que lo hacen por el método global?
MEJOR:
¿Existen diferencias entre alumnos del primer nivel de Ed. Primaria que aprenden a leer mediante el método silábico y los que lo hacen por el método global?
BIEN:
¿Existen diferencias entre alumnos del primer nivel de Educación Primaria que aprenden a leer mediante el método silábico y los que lo hacen por el método global durante un curso académico completo?


Tabla 3.1. Ejemplo de problemas, mal y bien formulados.

Siguiendo los criterios recogidos en los párrafos anteriores, se relacionan a continuación algunos problemas de investigación:
a) ¿Cuál es la opinión del profesorado acerca de la inclusión de las competencias básicas en el currículum de la Educación Primaria y Secundaria?
b) ¿En qué medida influyen las TIC en el rendimiento académico del área de Lengua Castellana en el nivel primero de Educación Primaria de los centros públicos de la provincia de Jaén?
c) ¿Qué habilidades sociales ha de poseer un profesional competente del ámbito de la atención al público en el sector turístico, en la Riviera Maya [México]?
Con la finalidad de conocer si el problema resulta importante, el mismo investigador puede tener en cuenta algunos criterios (McMillan y Schumacher, 2005):
- Desarrolla conocimientos de una práctica habitual.
- Desarrolla teoría.
- Es generalizable, es decir, amplía el conocimiento o la teoría.
- Ayuda a un avance metodológico.
- Se relaciona con un algún tema político o social actual.
- Resuelve una problemática concreta de una institución laboral, o una comunidad, centro educativo, o una región.
En definitiva, el investigador puede conocer si el problema planteado es realmente significativo y válido para la ciencia, si guarda relación con una teoría, conocimiento o práctica educativa. Otra cuestión bien diferente será si la pregunta planteada tiene una solución viable. 


Formulación de las preguntas de investigación




  Tras la formulación del problema y prácticamente como una prolongación del mismo, el investigador se enfrenta a una serie de interrogantes que contribuyen a abrirle el campo de trabajo, pero a la vez le crean dudas en estos primeros instantes. En ocasiones, le pueden suponer un impedimento para conocer con claridad los pasos que debe dar. Se trata de que sea capaz de ir mejorando la redacción de estas preguntas, priorizando, concretando y afinando el contenido de las mismas de acuerdo al título, al problema subsiguiente y, posteriormente, a los objetivos que se fije.
Dependiendo del tipo de investigación a la que dé lugar el problema y del tipo de acción que se persiga, las preguntas pueden ser diferentes (tabla 3.2), bien entendido que no existe una norma que deba seguirse en todos los casos.

TIPO DE ACCIÓN
PREGUNTAS
Identificación
¿Cuál es el fenómeno? ¿Cómo se llama?
Descripción
¿Qué importancia tiene el fenómeno que estudia? ¿Aparece a menudo? ¿Qué características tiene? ¿Aparece así o suele variar? ¿Se puede analizar en sus partes o factores?
Exploración
¿Existen antecedentes del objeto de investigación? ¿Qué características presenta? ¿Qué está ocurriendo realmente? ¿Qué lo produce? ¿Por qué se hace necesario experimentar con él?
Explicación
¿Existe una explicación teórica o práctica del mismo? ¿Se encuentran asociaciones medibles? ¿Cómo actúa? ¿Se sabe por qué existe o de dónde procede? ¿Cuál es su significado?
Predicción y control
¿Qué puede pasar si modificamos el objeto de estudio o introducimos una intervención? ¿Un suceso provoca otro? ¿Es posible modificarlo? ¿Qué ocurriría? ¿Se puede provocar su aparición? ¿Se puede controlar?


Tabla 3.2. Preguntas de investigación dependiendo del tipo de acción.

Estas preguntas pueden ser de diferente naturaleza e implican un diseño distinto de investigación en cada caso (McMillan y Schumacher, 2005):
  • Descriptivas: tal y como se desprende del nombre, van unidas a investigaciones de este tipo y suelen responder a la pregunta ¿qué es? Aunque, no es habitual que estos términos se empleen en las preguntas de investigación debido a que las encuestas van dirigidas a opiniones o percepciones relacionadas con la práctica de aspectos particulares. Algunos ejemplos son: ¿Cuál es la opinión del profesorado sobre las competencias básicas? o ¿cuáles son las necesidades formativas de los maestros de Educación Primaria en relación con la acción tutorial?
  • De relación: plantean la relación entre dos o más variables, lo que lleva al investigador a un diseño de tipo correlacional. Esta dirección del proceso supone concretar bien el texto y ampliar, si fuera preciso, la definición de cada variable. Los estudios predictivos conllevan relaciones entre variables. Ejemplo: ¿Qué relación existe entre estilo de aprendizaje y pensamiento divergente entre los estudiantes de primer año de universidad? La pregunta plantea la relación entre las variables estilo de aprendizaje y creatividad. Para implicar predicción se podría formular otro ejemplo: ¿Cuál es la influencia de la nota media de acceso a la universidad y la percepción de éxito del alumno?
  • De diferencia: este tipo de preguntas plantean si existen diferencias entre dos o más grupos, dos o más tratamientos o dos conjuntos. Es decir, cuando se comparan dos o más observaciones. Por ejemplo: ¿Existen diferencias entre las puntuaciones del pretest y postest de una prueba de comprensión lectora? Al formular así las preguntas, se sugiere ya el tipo de estudio que se debe emplear, bien experimental, cuasiexperimental o de tipo ex post facto, según los casos.
Como precisión final, es conveniente no olvidar la naturaleza de las preguntas de investigación en su sustento de todo el proceso, introduciendo el mismo y aportando las directrices que permitirán elegir con acierto el tipo de diseño, plantear los objetivos y formular las hipótesis. 





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